¿QUÉ PAPEL JUEGAN LOS BRICS EN LA ECONOMÍA MUNDIA?

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May 21, 2025

El grupo BRICS —inicialmente formado por Brasil, Rusia, India, China y Sudáfrica— ha cobrado una relevancia creciente en el panorama económico global. Surgido como una alternativa a la hegemonía de las potencias tradicionales, especialmente Estados Unidos y Europa, su objetivo ha sido construir un contrapeso económico y geopolítico desde el sur global. Con la ampliación del grupo en 2024, que incorporó a cinco nuevos países y elevó el número de miembros a diez, los BRICS no solo han reforzado su peso internacional, sino que también han diversificado sus perspectivas internas, ampliando su alcance e influencia.

Lejos de buscar una ruptura frontal con las potencias occidentales, los BRICS aspiran a afirmarse como una voz propia en el escenario internacional. Muchos de sus miembros comparten una misma percepción: han cargado con los efectos negativos del crecimiento de las economías desarrolladas —por ejemplo, en el ámbito medioambiental— sin tener suficiente capacidad de decisión en las reglas del juego global. En este contexto, su meta es clara: reducir la dependencia estructural y aumentar su autonomía estratégica.

El impacto de los BRICS en la economía mundial se refleja en cifras contundentes. En conjunto, representan alrededor del 32 % del Producto Interno Bruto (PIB) global, con más de 27 billones de dólares, y participan en cerca del 18 % del comercio mundial. Además, albergan aproximadamente al 40 % de la población del planeta, lo que los convierte en un mercado de enorme potencial y en una fuente clave de fuerza laboral. El comercio intra-BRICS ha crecido de forma sostenida, demostrando una cooperación cada vez más sólida. En 2024, se espera que su crecimiento económico promedio alcance el 4,5 %, una cifra notable considerando el contexto global incierto. Esta dinámica no solo refleja su resiliencia, sino también su creciente protagonismo en la configuración del futuro económico.

Más allá de los números, los BRICS también están transformando las reglas de gobernanza global. Buscan una economía más multipolar, donde las decisiones no estén monopolizadas por las instituciones dominadas por Occidente, como el Fondo Monetario Internacional (FMI) o el Banco Mundial. En esta línea, han impulsado la creación de mecanismos propios, como el Nuevo Banco de Desarrollo (NBD), fundado en 2014, con el objetivo de financiar proyectos de infraestructura y desarrollo sostenible en países miembros y otras economías emergentes. A diferencia de las instituciones tradicionales, el NBD adapta sus condiciones a las necesidades específicas de estas economías, ofreciendo una vía alternativa de financiación más equitativa y soberana.

En definitiva, los BRICS están desempeñando un papel fundamental en la redefinición del orden económico internacional. Su consolidación como bloque no solo pone de manifiesto el ascenso del sur global, sino que también evidencia la necesidad de un sistema internacional más equilibrado, representativo y justo.